INGREDIENTES:
Hojas de plantas (las mías son de rosal)
100 gr chocolate negro fundir (70% cacao)
20 gr mantequilla
ELABORACIÓN:
Empezamos por elegir bien las hojas, bien de nuestro jardín o macetas, o del vecino, jeje. Intentaremos cogerlas con un poquito de tallo, para sujetarlas bien a la hora de pintarlas, y que tengan un tamaño moderado (si son demasiado grandes, no se manejan bien) más grandes y más pequeñas, y más o menos uniformes, del mismo tamaño. Yo elegí dos tandas de dos tamaños.
Lavar bien, con cuidado de no romperlas, secar y reservar en el frigo.
Vamos a derretir el chocolate al baño María, para ello, ponemos una cazuela con agua al fuego y encima un recipiente (que quepa dentro de la cazuela) metálico o de cristal (tipo pyrex). Poner dentro del recipiente el chocolate troceado, y mover hasta que esté derretido. En este momento, retiramos la cazuela del fuego e incorporamos la mantequilla, y movemos hasta que esté todo bien mezclado y derretido.
Empezamos por pintar con una brocha de cocina cada reverso de la hoja (la parte de debajo, donde se ven bien los hilos de la hoja). A todas les damos una pasada (sólo por el envés de la hoja), y las ponemos en un plato o una rejilla, en el frigo, durante 15 minutos. Repetimos el proceso otras dos veces más. La última vez, lo dejaremos enfriar una hora.
Pasado el tiempo, y con mucho cuidado, vamos quitando la hoja (verde), de forma que quedará la hoja perfectamente marcada con los nervios de la hoja. Podemos reservarla en el frigorífico hasta una semana, pero en este caso, mejor guardarlas en un recipiente hermético, para que no cojan humedad.
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